La intensa ola de frío que azota el este de EEUU ha dejado en la última semana estampas dignas de la estupefacción: 22 personas han muerto a consecuencia de unas bajas temperaturas que han conseguido congelar hasta las cataratas del Niágara o sumergir en un mar de hielo a varias localidades de Massachusetts. Chicago, una ciudad fría de por sí, no experimentaba desde hacía 80 años extremos como los de este invierno. Y en zonas como Florida, numerosas iguanas no han resistido los vientos gélidos que han afectado a este estado acostumbrado a un clima tropical. También en otros lugares del mundo el frío ha dejado imágenes insólitas: la más sorprendente, seguro, la que ha conseguido cubrir de nieve las dunas rojas del desierto del Sáhara argelino.
Pero por pocos grados que marque el termómetro, ninguno de estos fenómenos desmonta una verdad respaldada por la práctica totalidad de la comunidad científica a nivel mundial, esto es, que la temperatura media de La Tierra está aumentando de forma acelerada como consecuencia de las emisiones de gases derivados de la actividad humana. Es lo que se conoce como calentamiento global.
El presidente estadounidense Dolnad Trump, abierto negacionista del cambio climático, fue el primero en aprovechar la coyuntura de frío polar en su país para mofarse del calentamiento global y, de paso, sacar rédito político de su decisión de abandonar el Acuerdo de París.
Pero no ha sido el único. Las fuertes nevadas de los últimos días en EEUU, en Europa o España han inspirado a muchos en la misma línea del magnate.
0 comentarios:
Publicar un comentario